Diario de una otoplastia

                  1. Hola a todos!

Comienzo con este post una serie de entradas en las que os explicaré todo el proceso de mi nueva aventura… me he sometido a una intervención de otoplastia (cirugía de las orejas).

Os iré colgando el diario que estoy haciendo de estos días sobre como decidí hacérmela y como me está yendo el post-operatorio

Sin más, agradezco a Brisa que me brinde la oportunidad de poder compartir esta experiencia con vosotros. Iré haciendo un diario de cómo va mi operación y el post-operatorio e iré dándoos los detalles de mi día a día.

Saludos amigos!

2. Esperando la operación (día 0, preoperatorio)

Hoy es el día 0 de la operación… me faltan unas horas para pasar por quirófano, ya que mañana por la mañana tendré la intervención. Los nervios por como saldrá todo empiezan a surgir poco a poco, hasta hoy estaba bastante tranquilo… pero preveo que hoy será algo más difícil conciliar el sueño.

Antes de nada quiero explicaros que es lo que me llevó hasta esta operación. Desde pequeño siempre he tenido un gran complejo con mis orejas. Su forma me gusta ,y su tamaño también… pero siempre las he tenido proyectadas hacia adelante (las llamadas orejas en asa o de soplillo, vaya), algo que, desde el colegio, me ha dado muchos dolores de cabeza. Ahora, a mis 22 años, he decidido que ha llegado el momento de poner fin a eso.

Todo empezó hace 3 meses, no era la primera vez que se me pasaba por la cabeza la operación, pero nunca me había atrevido a decir nada. La verdad es que no recuerdo mucho en qué momento lo decidí, pero entendí que tenía que dar el paso más importante: decírselo  a mi familia. Supongo que los que entráis aquí a leer esto, os hayáis hecho la operación o no, en algún momento os habéis planteado esto: “¿Cómo le digo a mi familia que quiero operarme?”.

Al menos para mí fue lo que siempre me había cortado el paso a someterme a esta intervención, me daba miedo decirle a mis padres que quería pasar por quirófano para quitarme mi complejo, no sabía cómo se lo iban a tomar. Todo eso fue hasta que un día me decidí y se lo dije… y tuve una grata sorpresa con la respuesta. Me entendieron por qué lo hacía, sabían que no era un capricho, que realmente era algo que me haría bien. Por eso, os animo a que perdáis el miedo en ese sentido, a veces somos más entendidos por los demás de lo que creemos.

Una vez se lo comuniqué a mi familia, ya fui mirando con qué cirujano. En mi caso, busqué información por internet y consulté los médicos que hacían otoplastia y estaban inscritos en SECPRE (Sociedad Española de Cirugía plástica Reparadora y Estética), ya que, por lo que leí, es el sitio más fiable para buscar un cirujano).

Una vez lo encontré, fui a hacer la visita, me explicó cómo sería la operación, las pruebas que tendría que hacerme previamente (análisis de sangre, radiografía de tórax y cardioelectrograma) y qué resultados podía esperar. Pasados unos días cerramos los papeles, fijamos fecha… y a esperar. He de decir que el cirujano fue muy amable y comprensivo conmigo, cosa que creo que era muy importante porque iba algo nervioso.

Bueno, creo que os he explicado ya algo en esta entrada, lo difícil que fue decidirme a “arrancar” y como busqué a un profesional que me lo hiciera. Dicho esto… faltan unas 10 horas para la intervención, así que voy a comer algo antes de ir a dormir (¡si lo consigo!), tengo que acudir en ayunas , ni comer ni beber nada las 10 horas antes de la intervención… ¡Buenas noches amigos/as!

Nos vemos al otro lado!